26 de enero de 2011

Cubaneando


Muchas veces desconocemos como el pueblo hereda y transmite desde sus ancestros sus culturas, historias e idiosincrasia; podría decirse que dentro de este contesto el pueblo cubano posee  una de las mejores virtudes, la de sonreírse con gran sentido del humor; si tenemos en consideración que en los peores momentos brindan una frase que le permita estallar de risa hasta de sus propias dificultades. Cuidado no quiere decirse con esto que no se tomen las cosas serio, todo lo contrario.

Por ello es que muy a pesar de los años que se encuentre fuera de su tierra un criollo caribeño (criollo se denomina al  hijo de español nacido en América, caribeño nombre con el que se conoce a los nacidos en la región que incluye el Mar Caribe y las Antillas) jamás perderán ese peculiar sentido del humor. Personalmente debo de agregar que “Ser caribeño se lleva en la sangre, no se aprende”.

Así dedico estas líneas al nativo de las Palmas de Gran Canarias con quien tuve la posibilidad de intercambiar palabras, y que con tono despectivo diría… ¡los cubanos hablan alto!…y más, sin el percatarse que la frase… ¡Canarión tenia que ser!... le va como anillo al dedo. Si hablásemos en el argot popular cubano, sobre algunos profanos con mandil, nuevo espécimen que posee pinceladas de entusiasta por separar a las personas atendiendo a su origen geográfico, considerándose superior; le diría lo mejor que tiene esto es que aquí todas las aguas cogen su nivel, algo muy similar a un cachumbambé en el que “hoy estas arriba, mañana no se”, agregándole yo mantengo mi posición pues mi historia esta escrita la suya por escribir, ya veremos si hace bien sus deberes.   

Por ello débase decir que:
Ø      El cubano no suele ser racista, pero sí es clarista.
Ø      Los cubanos hablan alto, gesticulan con las manos, de su dolor sacan arte y de su alegría hacen verdaderas zarzuelas.
Ø      El cubano por su ingenio y laboriosidad nunca podrá escapar a su destino. Siempre tendrá a su lado al hermano Cain que no soporta el éxito de los demás y quiere aplastar a los emprendedores.

La expresión "cubano" viene siendo como un título de nobleza, fruto de un proyecto genético bien concebido en un lugar llamado Cuba y que posee una herencia euro-africana que los hace tan especiales. En el pueblo cubano hay de todo: blancos europeos, negros, mulatos y hasta asiáticos...

Tras esta breve aclaración de la expresión “Cubano”, permítame relatarle una historia:


Había una vez un maestro y un aprendiz caminando por el campo hablando de filosofía, al pasar cerca de unos arbustos, oyeron un gemido. Verificaron y descubrieron, caído ha un hombre que se encontraba pálido y con una gran mancha de sangre próxima al corazón.

El hombre había sido herido y estaba cerca de la inconsciencia, con mucha dificultad lo cargaron llevándolo hasta una casa rústica, donde trataron su herida. Una semana después, ya restablecido el hombre contó que había sido asaltado y en que condiciones fue herido por puñal. Dijo que conocía a su agresor y que no descansaría hasta vengarse.

Al encontrarse restablecido el hombre dijo al maestro:
“Señor, le agradezco enormemente por haberme salvado la vida. Tengo que partir y llevo conmigo la gratitud de su bondad; voy al encuentro de aquel que me atacó y hacer que él sienta el mismo dolor que yo sentí”.

El Maestro miró fijo al hombre y le dijo:
“Vaya y haga lo que desea. Entretanto, debo informarle que UD me debe 3,000 monedas de oro como pago por el tratamiento que le hice”.

El hombre quedó asustado y respondió:
“¡Señor, es mucho dinero, soy un trabajador y no tengo cómo pagarle ese valor!”

Diciendo el maestro:
“Si no puedes pagar por el bien que recibiste, ¿con qué derecho quieres cobrar el mal que te hicieron?”

El hombre se quedó confundido y el Maestro concluyó:
“Antes de cobrar alguna cosa, procure saber cuánto usted debe. No cobre por las cosas ruines que le sucedan en esta vida, porque la vida puede cobrarle todo lo que usted debe y, con certeza lo va a pagar mucho más caro”

Ahora como conclusión piense cubanamente hablando lo siguiente:

“Sr. profano con mandil, a la hora de los mameyes por guataca, te vas a quedar como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando”.