23 de abril de 2010

Al nuevo hermano, recién iniciado

Difícil es para un aprendiz adsorber en poco tiempo todo el conocimiento masónico, cuando se desconocen aspectos esenciales de los mismos; no podemos correr sin antes saber caminar con paso firme. No se puede pretender pasar a grados superiores, si no se conocen bien todas las normas, obligaciones y derechos y particularmente las misiones de los anteriores, cada grado tiene su razón de ser.

Todo grado posee esencia, cualidades, deberes y herramientas; en el caso del 1er. Grado del REAA.: o Aprendiz masón:

Tiene como Virtudes: La verdad, la razón, la honradez, la libertad, la igualdad, la fraternidad, la ética, la moral.

Como Misiones: proteger al débil, amar al prójimo, dominar las pasiones, dedicarse al bien, amar la justicia.

Debe Combatir: el vicio, la mentira, la perfidia, la discordia, la vanidad, el error, el egoísmo, la maldad, la ignorancia, la tiranía, el odio, el fanatismo político y religioso, la superstición, la envidia, la adulación, el servilismo, la inmoralidad.

Empleando como Medios: La ciencia, la justicia, el trabajo, la caridad, el amor al progreso, la sinceridad.

Usando Herramientas: El mazo, el cincel, la regla de 24 pulgadas.

Cumpliendo con sus Obligaciones: Ir puliendo la piedra bruta de su personalidad, para perfeccionarse, adquirir virtudes y desarrollarlas.

Esencia del Aprendiz Masón:
Nos remite al hombre primitivo, ajeno a toda experiencia anterior. Ignorante, ajeno a toda tradición e historia. Indefenso, semidesnudo, sujeto al guía, sus ojos vendados no le dejan ver el mundo que lo rodea, sometido a un examen de introspección como jamás lo imaginó, confiando total y absolutamente en su guía, debiendo responder a preguntas que jamás pensó en tener que contestar y muchas de las cuales no tenía la posibilidad de responder por cuanto corresponden a temas ignorados o nunca imaginados o poco conocidos. “No sabe leer ni escribir”. Debe responder a preguntas que le obligan a buscar en lo más recóndito de su alma las posibles respuestas. Que luego oye que no eran las justas y adecuadas, o sea que no estaba respondiendo como debiera y que sus conocimientos no son lo suficientes para abarcar ese tema.

Se le demuestra que su instrucción y educación profana no son lo suficientemente amplias como para comprender el punto de vista de la masonería sobre las cosas del mundo exterior. Se le enseñan las herramientas que deberá utilizar para perfeccionar su personalidad. Las virtudes que deberá desarrollar y los vicios o defectos que deberá combatir.

Implícitamente, se le hace comprender que ingresa en una institución distinta, donde el saber es otra cosa, que no corresponde con el mundo profano, que deberá rever y revisar su concepto de todo lo que conoce. Planteándose un nuevo “punto de vista” sobre el mundo exterior. Así comprende lo que es masonería.

Se le dan las herramientas que deberá emplear para ello, debiendo comprender el significado simbólico de las mismas, y asimilarlo. Se le induce a “pensar” y resolver de por sí los enigmas que se le plantean, o sea un procedimiento totalmente reflexivo y tendrá un instructor a quien recurrir.


Deberes del Aprendiz Masón:
Cuando se ingresa a la institución, se contraen obligaciones y se obtienen beneficios, esas obligaciones y derechos son para consigo mismo, para con la institución y ante la sociedad de la que formamos parte, pues el masón se encuentra en función de la sociedad a la que pertenece y a la cual se debe moral, material y espiritualmente.

Es por ello que el masón en primer lugar se debe plantear él por qué y el para qué de la institución, agregando el cómo y el cuándo, ya que el quién somos nosotros mismos. Es evidente que quien desea ingresar a la institución, consciente o inconscientemente ya se ha planteado estos análisis introspectivos, que lo han llevado a la determinación de desear ingresar; este análisis podríamos sintetizarlo en las siguientes preguntas: ¿quién soy?, ¿de donde vengo?, ¿Adónde voy?, ¿para que soy?, ¿por qué soy?, ¿qué es el universo?, ¿quién lo creo?, ¿qué es Dios?, ¿qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, y muchos otros que no vienen al caso señalar aquí.

Además, habrá analizado los antecedentes que pudo conocer de la institución y sus miembros teniendo una valoración “a priori” sobre el futuro de su formación personal, por consiguiente, ha obrado a propia voluntad, nadie lo obligo a adoptar esta determinación, al contrario de lo que sucede cuando nacemos o cuando desde niños nos imponen una religión o nos inducen a adoptar ciertas ideas políticas o nos inscriben en determinada escuela, o sea que hasta cerca de la madurez estamos influidos por nuestros padres u otras personas que de una forma u otra tienen influencia sobre nuestro futuro y nuestra formación.

Ahora bien ¿todos los que ingresan hallan en la institución lo que creyeron encontrar? ¿Por qué algunos se retiran? ¿Por qué otros al parecer son auto conformistas y permanecen en ella aun no estando del todo conforme con los logros obtenidos será simplemente porque se sienten cómodos, rodeados de buenos amigos, gozando del clima de fraternidad y hermandad, pero sin que se haya producido en ellos esa “simbiosis” que debió de ocurrir?

Es difícil dar una respuesta, pero si podemos llegar a una conclusión si analizamos las causas por las cuales se ingresa a la institución, dejando de lado que haya sido por curiosidad, lo que consideramos absurdo y negativo:

1)-El hombre que llegado a la mayoría de edad y en la plenitud de esas facultades físicas y mentales, analiza y razona sobre los grandes problemas del hombre y de la humanidad, con espíritu critico, pone en duda o no le satisfacen las explicaciones que le aportan la religión como la ciencia sobre el origen y destino del hombre en el universo, y no comprende como tantas religiones y/o pruebas pretenden dar explicaciones que nunca son completas ni satisfacen sus interrogantes plenamente.

2)-El hombre sabe que dentro de la institución estará rodeado por otros que tienen las mismas inquietudes, y por lo tanto piensa que en ese clima de fraternidad y búsqueda de la verdad, se sentirá cómodo y hallara respuesta a sus interrogantes.

3)-El hombre a quien las respuestas del mundo profano para estas interrogantes tanto en lo espiritual como en lo intelectual no le satisfacen sabe que en la institución no encontrará problemas entre sus hermanos, y que será escuchado y escuchará otras opiniones, que aun opuestas a las suyas están regidas por la más absoluta tolerancia y no complacencia.

Así, una vez que ha adoptado la determinación, y llega la noche de su iniciación, comprenderá el profundo significado de muchas palabras que, si bien no le eran desconocidas jamás pensó en su profundo significado. Prueba de ello es que, cuando se le pide su opinión sobre las mismas, debe efectuar –casi invariablemente- largos rodeos para poder dar su significado. Preguntándose qué es la vanidad, qué es la vida, qué significa la muerte, cuáles son sus deberes para con la humanidad, para consigo mismo, para con Dios. Qué espera recibir de la institución y qué podrá dar de sí. O sea un examen introspectivo profundo, como jamás lo imaginó.

También cobraran nuevo y profundo significado para él las palabras envidia, fanatismo, discordia, vanidad, como imperfecciones humanas, y sabrá qué es la virtud y la fraternidad; sabrá que deberá combatir sin tregua el error, el egoísmo y el vicio, como formas del mal a todo lo que oscurece la inteligencia, pervierte el sentimiento y esclaviza la voluntad. Tendrá que aprender a dominar las pasiones, ser desinteresado y dedicarse a la práctica del bien. Sabrá que deberá sostener la virtud contra el vicio, la sinceridad contra la perfidia, la libertad contra la tiranía, y que la razón humana es el único modo de investigación en la búsqueda de la verdad. Definiendo concreta y ampliamente qué es el fanatismo, la virtud, el progreso, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Jurando solemnemente no revelar jamás los misterios que le sean revelados y que deberá practicar la fraternidad, así como defender a la orden y a sus hermanos.

Todos estos conceptos, forman una nueva concepción del mundo, del hombre y de la misión que como tal le compete en la sociedad, ante Dios, su Patria y la humanidad entera. Estas enseñanzas son muy particulares, y aunque parezca mentira, no se encuentran en ninguna otra institución profana. Por lo que si aplica estas enseñanzas para sí mismo en un principio, y en su vida de relación después, en poco tiempo notará que su personalidad irá cambiando, dando un nuevo sentido a su vida.

Alcanzando un nuevo concepto de las cosas, a verlas bajo un nuevo punto de vista y se sentirá mas en paz con su conciencia y más útil a la sociedad y al medio en el cual actúa. En esto consiste el simbolismo de “pulir la piedra bruta”, constituyendo éste el paso necesario para poder alcanzar el 2do. Grado de la masonería.

Cuando adquiere conciencia que la ética y la moral, no son simples palabras de diccionario, por el contrario son principios básicos del comportamiento humano en sociedad organizada y que en los últimos años, son desconocidas por gobernantes, funcionarios, políticos y algunos sectores sociales; comprenderá uno de los principales problemas de la sociedad actual y causa consiguiente de muchos de los males que nos aquejan. Completando el desarrollo de su personalidad, al preocuparse por su intelecto, sobre todo en lo relativo al concepto de filosofía, sin dejar de lado un repaso a los sistemas antiguos, particularmente la filosofía hermética, iniciática, la alquimia, la cábala, el ocultismo y los distintos sistemas, para poder comprender mejor la filosofía moderna y racional, llegando a ser un hombre actualizado en la evolución del pensamiento de la humanidad y sobre todo analizando los problemas del mundo actual; de esa manera podrá tener sus propias opiniones en lo político, lo social, lo religioso y lo económico, también en la evolución del mundo científico, siendo un ciudadano, un hombre útil a la sociedad en que vive, formado en una doctrina que debe tratar de comprender y asimilar en su mas amplio significado.

Todo esto esta comprendido en el estudio de los símbolos masónicos y la profunda filosofía contenida en sus rituales en los distintos grados. Caso contrario, de nada vale que haya ingresado a la institución, pues no será útil ni a sí mismo, ni a la institución, ni a la sociedad en que vive.

Nunca debe olvidar que sus principios básicos son: Golpead y se os abrirán las puertas del Templo, Buscad y encontrareis, Pedid y se os dará la luz. Estos tres conceptos básicos, bien interpretados, son la clave de nuestra filosofía. El método educativo utilizado por la masonería deriva de la más remota antigüedad, es inductivo y deductivo, y todo ello emana de los símbolos, que continuamente nos dan nuevas enseñanzas si sabemos interpretarlos. No se trata de dogmas, sino de definiciones evolutivas, que se van perfeccionando con el avance de las ciencias y las artes.

El aprendiz debe utilizar su actividad consciente, su sentimiento, su pensamiento y su voluntad, en aras de este perfeccionamiento de la personalidad que persigue cada grado. Debe también tomar concepto cabal que su posición ante la vida la que puede ser inherente o trascendente. Sobre esta posición, la masonería no puede darle una respuesta, será el mismo quien deberá adoptarla. En el primer caso, será útil solo a sí mismo, podría considerarse como una posición egoísta. En el segundo caso, el hombre trascendente es el verdadero fin de la institución, el hombre que pueda proyectar ante sus semejantes en la sociedad, todos los principios que el Aprendiz Masón debe desarrollar, para su propio bien y el de la humanidad.

Conclusiones:
Los masones no son santos, ni ascetas, ni ermitaños, somos hombres que basados en la ética, predicamos ante el mundo profano la rectitud de proceder, la igualdad ante la ley sin privilegios, el perfeccionamiento de la cultura general de los pueblos mediante su capacitación intelectual, el repudio por los regímenes de fuerza, la guerra, el fanatismo en todas sus formas, y la violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie humana. Asimismo, amará la justicia con equidad y repudiará las imposiciones dictatoriales. Interiorizando y practicando estos conceptos, se hará un bien a sí mismo en particular y a sus hermanos en general.